Los
que realmente definen el espacio socio-sanitario son los clientes:
Clientes con necesidad simultánea de atención social y a la salud.
Clientes en los que esa necesidad es significativa cuantitativa o
cualitativamente en ambos campos tanto en intensidad como en
duración. Clientes para quienes las intervenciones desde ambos
sectores son sinérgicas en su efecto.
El
autor de este texto considera el espacio socio-sanitario como “el
sistema de atención sanitaria y social que se presta al conjunto de
clientes que precisan de esta intervención simultánea en el tiempo
e integrada en la orientación de los dos tipos de servicios, para
obtener sinergias que mejoren su estado”.
La
atención socio-sanitaria, por lo tanto, se presta a colectivos que
combinan la presencia de enfermedades con diversas situaciones de
dependencia y un mayor o menor grado de carencias sociales. Los
perfiles más característicos dentro de esta intervención son:
-Personas
mayores con pluripatología y dependencia
-Pacientes
terminales con cuidados paliativos
-Personas
con gran discapacidad física o intelectual severa
-Personas
con adicciones a drogas
Como
futuros trabajadores sociales es importante que entendamos que la
atención se debe prestar en los dos ámbitos y lograr un equilibrio
entre los dos. Nuestro sistema debe adaptarse al cambio para dar una
buena atención el día de mañana. Buscando acciones de forma eficaz
sobre los dos sectores implicados que aseguren unos claros recursos
de financiación de las políticas socio-sanitarias.
Hoy
en día España tiene muchas carencias, y en diferentes ámbitos,
pero uno de los que más urge de modificar es el socio-sanitario, por
su gran repercusión social al no poder tener las necesidades
cubiertas de la gente.
La
complicación empieza cuando no se saben las necesidades concretas
del usuario, dado que varían según la calidad de vida que busca
cada persona y por ello las prestaciones y servicios dados se
condicionan severamente en función de satisfacer a todas las
personas.
Los
errores en los servicios comienzan principalmente en los ámbitos del
escaso desarrollo de los modelos interdisciplinares de trabajo, la
burocratización de los procesos asistenciales y la debilidad de los
sistemas de información y del uso de las telecomunicaciones.
“En
este contexto han sido muchas las políticas puestas en marcha pero
los resultados, muy desiguales, parecen resistirse todavía a la
consolidación de un espacio socio-sanitario sólido y cercano a las
necesidades del usuario”.
Por
ello, podríamos indicar que la creación de un sistema de
financiación común entre sanidad y servicios sociales destinado a
la compra de servicios socio-sanitarios puede ser el gran motor
del cambio que España necesita para garantizar servicios de
forma eficaz y eficiente con el fin de abaratar costes y dar un
servicio pleno.
A
modo de conclusión,los 4 pasos a seguir para la construcción del
espacio socio-sanitario en España según el texto son los
siguientes:
1)
Integrar las políticas destinadas al espacio socio-sanitario en un
único departamento que impulse las acciones estratégicas, los
procesos clave y el soporte necesario para la constitución de dicho
espacio.
2)
Transferir a este departamento la autoridad, autonomía y
departamento que impulse las responsabilidad en la toma de acciones
estratégicas, los procesos decisiones e implantación de la clave y
el soporte necesario para la prestación socio-sanitaria.
3)
Definir el modelo a implantar: territorio, población diana, cartera
de servicios, recursos estructurales y participación de ambos
sistemas en ellos, sistema de financiación, sistema de compra,
participación activa del usuario, sistema de evaluación control y
corrección.
4)
Promover un plan de comunicación y participación de todos los
agentes de interés que rompa las barreras culturales actuales y
facilite la implantación del modelo definido.