En este artículo, los autores analizan la forma en la que se ha desarrollado el espacio socio-sanitario en la Comunidad Autónoma del País Vasco y proponen un esquema típico ideal para la gestión de dicho espacio.
Se reflexiona sobre el papel que tienen los poderes públicos y la necesidad de desarrollar un espacio socio-sanitario cuya finalidad sea la atención integral a las personas necesitadas.
Lo definen como un espacio fronterizo entre la atención sanitaria y social; además de ser extenso y a veces confuso no delimita con exactitud dónde termina un problema de salud y dónde comienza el social.
Es fundamental el peso de la financiación económica y para ello tratan de reforzar los instrumentos de intervención haciéndolos más eficaces para satisfacer los objetivos bien y con el menor coste posible.
Dentro de nuestra comunidad se reclama insistentemente la creación de un sistema de atención que responda a todo tipo de problemáticas sanitarias y sociales que no están contempladas conjuntamente por los dos sistemas públicos de protección social: Sanidad y Servicios Sociales.
Los primeros pasos para su creación se dieron en 1993, estableciendo una Comisión de Trabajo para analizar la problemática respecto al "Espacio Socio-Sanitario", después elaborar un diagnóstico de la situación actual y presentar a la Dirección General de Osakidetza y al Departamento de Sanidad unas conclusiones.
Posteriormente se sentaron las bases sobre la Ley de Ordenación Sanitaria de Euskadi (1997), donde se da cuenta de la nueva filosofía del sector sanitario y la Ley de Servicios Sociales de 1996.
A partir de ese momento surgió un debate sobre cuándo un problema sanitario se transforma en social y dónde establecer la línea divisoria entre ambos.
Tras muchos debates, las administraciones coinciden en crear un espacio común en el que las responsabilidades y competencias de ambos puedan desarrollarse a la vez: como resultado se firman 2 acuerdos, uno en Guipúzcoa (1996) y otro en Bizkaia (1998) que buscan ser instrumentos operativos del compromiso de coordinación y elaboración en la resolución de problemas de naturaleza socio-sanitaria.
Aunque la voluntad de las 2 partes está clara, el problema sigue siendo la escasez de presupuesto y la creación de un sistema de gestión inter-servicios para agilizar papeleo y dar facilidades para llevar a cabo todas las gestiones.
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